
Hacia el año 1896 el gobierno dominicano otorgó a Don Zoilo García la concesión de cegar y estabilizar la laguna conocida como El Ranchito, que se encontraba en el limite sur de la ciudad de La Vega, autorizándole luego, como remuneración, la propiedad de dichos terrenos drenados. El palacio fue construido en esos predios, y para tales fines, el suelo fue estabilizado con aserrín, cascajo y cal.
El Palacio de Don Zoilo como se le conoce, comenzó a construirse en ese mismo año, y para diseñar la edificación, el señor García, contrató los servicios del señor cubano Abelardo Lago, su diseño respondió al estilo neoclásico de moda en América por aquella época.
El edificio fue concebido para utilizar la primera planta con fines comerciales, y la segunda como residencia del propietario y su familia. Poseía entonces enormes puertas de dos hojas, bisagras y aldabones de hierro.
A mediados del año 1899, al haberse concluido la construcción de la primera planta, Don Zoilo, mudó su comercio a la parte occidental del edificio; residiendo en la parte oriental hasta tanto se concluyera la segunda planta, que se terminó por el Ingeniero Nino Castro en el año 1953.
Don Zoilo habitó el Palacio hasta el año 1921, cuando se trasladó a su recién construida residencia frente al Parque Duarte (actual Museo Sacro de La Vega), donde falleció el 2 de mayo el 1922.
El edificio guarda diferentes momentos de nuestra historia, por ejemplo, la noche anterior a ser ajusticiado en Moca, el entonces Presidente de la República Ulises Hearaux (Lilís), durmió en las instalaciones del Palacio.
La edificación ha tenido diversos usos, entre ellos funcionó como Escuela, por la que pasaron varias generaciones de veganos. En el año 2002, un voraz incendio consumió todo el maderamen de la edificación, quedando únicamente los muros del icónico Palacio.
Hoy, por disposición del Gobierno Dominicano, el palacio Don Zoilo, ícono vegano, luce reconstruido y remozado. En él, se guardan más de cien años de nuestra historia y merecidamente alberga bajo su techo, la esencia de una de nuestras más importantes tradiciones: el Carnaval Vegano.